sábado, 29 de enero de 2011

Lucía y el saxo.


Lucía desde que tuvo uso de razón sabía que sus padres no se querían. Había adquirido, con el tiempo, la habilidad de predecir una discusión y, cuando notaba el ambiente tenso corría a encerrarse en su habitación. La pequeña con solo seis años ya era capaz de calcular con precisión cuántos minutos faltaban para que una pelea tuviera lugar, antes incluso de que su padre llegase a casa.

Mientras que en la cocina se oían golpes, gritos, insultos y amenazas del saxo de Lucía salían verdaderas obras maestras que parecían alimentarse de la ira de los puñetazos que su padre le propinaba a su madre. Así transcurrió la infancia de la pequeña.

Volvía del conservatorio una gélida tarde de Enero, Lucía se quedó ensimismada mirando la nieve derretida goteando por las ramas de los cipreses y tuvo un presentimiento horrible. Corrió a casa olvidando en el saxofón frente a los cipreses.

Al llegar al portal un señor que salía a toda prisa le dio un empujón, para abrirse paso y le dejó a la niña una mancha marrón en la camisa.
Subió las escaleras notando que el mal presentimiento que había tenido en el parque iba in crescendo.

Cuando la pequeña vio el cuerpo sin vida de su madre no pensó jamás que el asesino era su propio padre.

El hombre que manchó la camisa de Lucía dejó también en su vida una marca indeleble.
Lucía, años después recordaba con horror la tarde que volviendo a casa perdió el saxofón y tantos otros sueños.

martes, 25 de enero de 2011

Ser valiente no es solo cuestión de suerte.



El señor de la cafetería que amablemente nos sirvió la tostada con aceite y tomate y nos canturreó en una mezcla de inglés mal pronunciado y andalúz la canción 'Blue moon' ,probablemente no percibió la tristeza en la que la bella mujer que estaba sentada frente a mí se hallaba sumida.

-Se ha ido, se ha ido así sin más, sin avisarme.¿Por qué? Es que no lo comprendo- dijo sollozando.-
-¿No te ha dejado nada?, ¿ni una nota?...
-¡No!- las lágrimas de Olga rodaban por sus mejillas y se perdían al girar por la curva de su barbilla. -¿Tu no sabías nada?
-No-repuse- ¿por qué iba a saberlo yo?-dije intentando mantener la calma.-
-Sois amigos.


Y era precisamente ese el motivo de tener que ocultarle Olga porqué se había marchado, pero no habría imaginado nunca que fuera tan cobarde.
El destino me había puesto a prueba, y mi amigo me había dejado consolando a la mujer de mi vida para irse con otra.

domingo, 23 de enero de 2011

Amanece.




'En su paz la ventana
restituye a diario
las estrellas, el aire
y el que estaba soñando.'
Luis Cernuda

Cuando amanece la mañana gélida y el Sol, tímido y amodorrado, se abre paso entre las lentas nubes grises me acuerdo de los días en los que estuve allí.
El viento nórdico y la luz tenue parecían ser de otro país, y allí, pisando las aceras que quizás algún día él pisó echándome en falta o acordándose de mí, dejé de creer en las coincidencias.
Parecía una partida de dados trucados, una carta marcada que estaba predestinada a caer en mis manos tarde o temprano, una escena de película que me tocaba protagonizar a mí después de los años.

Estaba en ese lugar, el lugar descrito y adornado por sus palabras cientos de veces, pero iba siendo consciente de que la magia había desaparecido y que todo había perdido su encanto. En unas de esas situaciones en las que un arrebato de coraje en el que los sentimientos sinceros y puros, los aparcados en un rincón y olvidados son los que te dan el valor para luchar por lo que de veras anhelas, perseguí lo que deseaba desde hacía años.

Busqué su rostro entre la multitud, en las zonas más transitadas y en los callejones recónditos y desconocidos. Analizaba caras anónimas y cuando creía reconocerlo me colapsaba y no podía actuar con claridad, pero en esas décimas de segundo un gesto, un movimiento me mostraban que no era él.

Pasaban los días sin ningún resultado y el cansancio y la desesperación me hacian plantearme el sentido de esa búsqueda frenética.Fue entonces cuando decidí volver al hotel para preparar el viaje de vuelta.
Estaba abriendo la puerta de la habitación cuando el teléfono comenzó a sonar…

domingo, 9 de enero de 2011

Tormenta.


Quedé con Erik en Picadilly a las cinco y media. Estaba apunto de coger el metro y volver a casa cuando le ví llegar.
-¡Erik, llevo esperándote más de media hora!
-Lo sé. Lo siento.
-Eh,¿ y esa sonrisa de tonto?, no me lo digas,¿has estado con ella?.
-Venga no quiero hablar de eso ahora. ¡Vamos a tomar algo! ,invito yo por lo del retraso.

Andamos hasta el Soho y nos metimos en una taberna en la que había música en directo. Un viejo hippy interpretaba con su guitarra algunos temas propios y versionaba los grandes hitos del pop británico ochentero.
Erik se acercó a la barra a pedir dos jarras de cerveza y cuando volvió seguí con el interrogatorio.
-¿Cómo está?
- Tan guapa como siempre- dijo, dándole un trago largo a la cerveza.
-¿De qué habeís hablado?
-Pues un poco de todo; de la casualidad de habernos encontrado aquí, de estos dos años, de cuando se fue.
Sam, es increíble. Parece que todo está como antes, que no hemos cambiado.
-Esta vez no vas a dejarla escapar ,¿verdad?

El guitarrista empezó entonces a tocar los primeros acordes de 'The summer' del grupo Coconut Records y los dos empezamos a reirnos de aquella curiosa coincidencia. Como siguiendo un impulso adolescente cantamos a coro el estribillo la que fue para nosotros la banda sonora del verano de 1992:
'And it's always summer back in Alabama
And I miss you forever, honey
More than you will know.'


Cuando la canción acabó volví a la carga con otra pregunta:
- Erik ,¿se lo vas a decir?.
-¿Qué supone que tengo que decirle?
-A qué te dedicas.
-Sam, ¿sabes una cosa?-me dijo, poniéndose tenso- lo único que esto me ha traído han sido problemas. No,no quiero que se entere que soy escritor. No quiero que sepa que vivo encerrado en mis pensamientos. No quiero que sospeche que mi cabeza es capaz de crear más de mil historias con solo un par de palabras suyas. Pensará que soy un enfermo.
-O un genio.
-¡No soy un genio Sam!.
- Vale, entonces ¿por qué no dejas de escribir?.
-Porque no podría vivir, porque lo necesito todos los días a todas horas. Porque me estoy duchando a las siete de la mañana y una jodida historia me asalta, veo a los personajes hablar, los veo sentir, y siento yo también, los veo emocionarse, y me emociono. Y si algo no me gusta lo cambio a mi antojo.
-Sabes Erik, eso es un don, un don de dioses.
-No sabes lo que dices.
-Y ¿qué vas a hacer con ella?
-Pedirle que se case con un atormentado.

jueves, 6 de enero de 2011

Extracto de la sociedad


Danzan calle arriba y calle abajo con la cabeza alta pero hueca. Con metas como casarse pronto o comprarse un coche mejor que el de su vecino.
Luchas de egos, amores meramente físicos. Atracción sexual animal al más puro 'aquí te pillo aquí te mato'.
Niñas disfrazadas de señoras, cincuentonas que lloran sus arrugas, delinqüentes taciturnos y meditados que rondan bares de mala muerte, señores con caché y modales que pierden la compostura en una puerta iluminada por neones rosas, inmigrantes intelectuales, patriotas barrenderos. Políticos corruptos embutidos en trajes de seda pagados por asistentas sociales que cobran por horas en la casa de una Doña Angustias que ya se ha cansado de ser hippy y y se ha casado con un yuppie. Yuppies hijos de mineros que miran por encima del hombro al mecánico que les arregla el volvo. Polvo blanco encima de un cristal para soñar, niños que dejaron de soñar cuando les dieron un arma en la guerra de Irak, soñadores que van en furgoneta y escriben cuentos para pensar. Pensadores que enamoran a barbies operadas, cirujanos malabaristas enamorados de modistas oprimidas. Madres de pasotas que pasan en el parque cigarrillos de la risa, risueños socialistas que persiguen ideales comunistas. Comunicados de alarma, periodistas con armas, fotógrafos enamorados de la calma, artistas del mármol, modelos anoréxicas, cajeras de supermercado con el coeficiente intelectual ajustado. Mendigos, policías, mimos aplaudidos por memos, ludópatas en bares, camareros con un máster en psicología, estudiantes 'cierrabares', tunos, bebés en cunas, ciéntificos chiflados, padres de familia, dentistas con vocación de arquitectos, profesores trabajando en cárceles, niños acosados, matones de pega, mentirosos ,ilusionistas,biólogos que estudian esta fauna, pandilleros que gritan 'todos a una', loteros , inventores de la fortuna.
Equilibristas desequilibrados en pasillos de hospitales psiquiátricos, funcionarios, chicas de calendario, vividores moribundos, modelos de otro mundo. Escritores de ciencia ficción, cantantes con tirón.
Y los cuentacuentos como yo.

lunes, 3 de enero de 2011

El tic-tac corre.


Un señor serio bajó del tren con calma.
De camino a las escaleras mecánicas se cruzó con una chica que lloraba en un banco. Al principio pensó en ignorarla pero los sollozos se hicieron más intensos. Interrumpió su marcha, dió la vuelta y se sentó a su lado.

-Un mal día ¿eh?.-dijo él con voz ronca.
La chica ansitió sintiéndose cohibida por la presencia del desconocido e intentó contener el llanto pero los ojos se le anegaron de lágrimas que no pudo reprimir.
El señor le tendió un pañuelo de seda blanca, en el que estaban pulcramente bordadas unas iniciales.
-Gracias.-Dijo la chica sorbiendo,con una sonrisa amarga.

-Lo malo es que sólo seca lágrimas, no las borra.-dijo él.

-Hay cosas que es mejor no borrar,¿no cree?.

El señor dudó en silencio.-No lo sé- dijo finalmente.-Supongo que si borramos esas cosas que no nos gustan dejaríamos de ser nosotros. Al fin y al cabo estamos hechos de aciertos y errores.

La chica meditó la respuesta.
Pasaron unos minutos sin dirigirse la palabra, volviéndo a trazar la distancia que había sido levemente violada por el señor. Cuando este pensaba que su tarea estaba hecha y se dispuso a retomar su camino , la chica le asaltó con una pregunta.
-¿Las iniciales del pañuelo son las suyas?.
-No.
-¿Qué quieren decir esa C y esa D?
-Carpe Diem.

domingo, 2 de enero de 2011

Historias de cabaret.





Otra noche estaba en ese antro polvoriento, que apestaba a puro y a whisky barato. Bajo la mirada lasciva de aquellos hombres ,se quitaba sus guantes con el mismo estilo que Rita Hayworth en Gilda. Después de darle un par de caladas a su cigarrillo volvía al pequeño escenario fingiendo una sonrisa y envolviéndose en su boa de plumas rojas.
Nunca le había importado demasiado trabajar en un cabaret, nunca se había puesto nerviosa al bailar delante de más de cien hombres, pero esa noche sintió un extraño nudo en el estómago.
No supo dar explicación al hormigueo que la invadía y en mitad del espectáculo unos ojos negros,desesperados, se encontraron con los suyos.
Se sintió inmensamente torpe. Quería salir de allí, huir.
La música cesó y se marchó apresuradamente al camerino. Cerró la puerta con fuerza, como si el ruido del portazo fuera a borrar esos ojos de su cabeza,pero el portazo no sonó...
Estaba allí, sujetando la puerta con el hombro ,suplicándole sin palabras que se marcharan de ese lugar. Y ella,envuelta por las lágrimas de quien se resigna a dar una segunda oportunidad al amor de su vida, tiró los guantes , cogió el abrigo y los dos se fueron del bar corriendo, intentando inútilmente repcuperar el tiempo perdido.