viernes, 6 de enero de 2012

Nina Simone - Who am I?




Vuelve a llegar el tren al andén. Se baja, se pone las gafas de sol y camina decidido a la salida, guiándose por la intuición.
Mira de soslayo tras las cristaleras a ver si reconoce a alguien en el interior de la estación. Continua a paso ligero, atraviesa el vestíbulo y sale al exterior. Vislumbra un banco libre y decide esperar allí sentado. Pone las maletas delante para tenerlas a la vista, controladas.
Saca su pequeño cuaderno de cuero y busca en el bolsillo de la americana un lápiz.

‘No está, ya no. ¿Qué hay después de la soledad? Me quedarán los otoños vacíos, más vacíos que la ultima vez que desperté y ya no estaba.
El tópico de la despedida se anula siempre por un fugaz despertar con las turbulencias del alcohol de la noche anterior y este errante vuelve a estar consigo mismo, miserablemente solo. Al menos hoy podré tomar un baño caliente, un paseo y… volveré a abandonarme otra vez. ¿Cuál es la forma de huir de la miseria cuando ésta te intenta apresar con tanta fuerza que consigue asfixiarte?
¿Soy un nómada o un cobarde? ¿Es mejor huir o refugiarse?’

1 comentario:

Pedro Sánchez Negreira dijo...

Entre huir y refugiarse siempre me quedaré con lo segundo. Huir no es bueno, nunca. Refugiarse, sin embargo, sí. Sobre todo si encuentras los brazos adecuados.

Un abrazo,