martes, 25 de enero de 2011

Ser valiente no es solo cuestión de suerte.



El señor de la cafetería que amablemente nos sirvió la tostada con aceite y tomate y nos canturreó en una mezcla de inglés mal pronunciado y andalúz la canción 'Blue moon' ,probablemente no percibió la tristeza en la que la bella mujer que estaba sentada frente a mí se hallaba sumida.

-Se ha ido, se ha ido así sin más, sin avisarme.¿Por qué? Es que no lo comprendo- dijo sollozando.-
-¿No te ha dejado nada?, ¿ni una nota?...
-¡No!- las lágrimas de Olga rodaban por sus mejillas y se perdían al girar por la curva de su barbilla. -¿Tu no sabías nada?
-No-repuse- ¿por qué iba a saberlo yo?-dije intentando mantener la calma.-
-Sois amigos.


Y era precisamente ese el motivo de tener que ocultarle Olga porqué se había marchado, pero no habría imaginado nunca que fuera tan cobarde.
El destino me había puesto a prueba, y mi amigo me había dejado consolando a la mujer de mi vida para irse con otra.

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