Te vi a punto.
Era una noche de julio,
noche tibia y perfumada,
noche diáfana…
De la luna plena límpida,
límpida como tu alma,
descendían
sobre el parque adormecido
gráciles velos de plata.
Ni una ráfaga
el infinito silencio
y la quietud perturbaban
en el parque…
Poema a Elena
Edgar Allan Poe
Tus pozos oscuros, atenuados con luz superficial, que se amparan y retroalimentan de amor; amor a ti, amor a tu mundo y a la cápsula de cristal que, en definitiva, nos en envuelve a todos y paradójicamente nos hace únicos.
Sin ella nos encontramos tan indefensos, tan desnudos... Solo nos acompañan la piel y las dudas.
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