martes, 2 de noviembre de 2010
A mi nube.
Nos ha entrado ahora un virus que hace que tengamos que hablar un par de veces al día. No puedo decirte que te necesito porque te estaría mintiendo, pero lo que es evidente es que tapas muchos vacios, muchos silencios ,sustituyes inumerables verborreas ilógicas con conversaciones más o menos profundas (dependiendo de el grado de excitación de nuestros corazones), en una palabra: llenas. Yo te pregunto ¿cuánto durará esta fiebre? y tu como siempre, más hábil y más vivaz , me contestas que no lo sabes pero que por hoy ya tienes suficiente y te vas. Ojalá si esto tiene un final sea así: breve y suave como una nube, como la nube que eres,que cada día trae agua fresca a mi ventana.
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