sábado, 30 de abril de 2011
Salvador
Miraba por la ventana al mar y el aire le alborotaba el pelo y le traía una brisa salada y fresca.
El sol empezaba a abrirse paso entre las nubes y unos cuantos rayos se filtraban a través de su vestido blanco.
Desde la cama él recién levantado la contemplaba como quien contempla un cuadro, con los ojos entornados intentando captarlo todo, sin querer perder detalle.
Se fijaba en las curvas y los pliegues infinitos que hacia la tela fina en su espalda, estaba fascinado con la armonía de las luces y las sombras, con la perfección de la escena. Se sintió afortunado de poder estar viviendo aquellos días. Agradecía su dicha e intentaba compensarla a ella por hacerle tan feliz.
Como todas las historias de amor esta también tuvo un final.
La imagen de la chica en la ventana le atormentaba desde su partida. Recordaba con la misma intensidad todos y cada uno de los detalles e incluso podía sentir el frescor de las sabánas blancas y el perfume de ella en el hueco de la almohada.
Intentó eliminar el daguerrotipo de su cabeza con la misma perseverancia con la que lo memorizó pero fue incapaz.
Desvelado,en una noche de insomnio,decidió sacar aquella imagen de su cabeza y compartirla con el resto del mundo.
Quiso que todos pudiéramos sentir lo mismo que él sintió al despertar aquella mañana de Abril.
Se sentó frente al caballete e impregno su pincel en una gota de pintura diluída…
jueves, 28 de abril de 2011
I'm not Mrs Brightside today
Hoy ha sido un día de esos en los que se necesita un abrazo de los tuyos, un mensaje de los tuyos, una sonrisa de las tuyas, un 'claro que puedes' de los tuyos, un beso de los tuyos, un 'no te rindas' de los tuyos, un guiño de los tuyos, un 'no digas tonterias' de los tuyos, un 'persigue tu sueño' de los tuyos,un 'te quiero' de los tuyos.
Un poco de tu tiempo, un poco de ti.
Nadia ,a veces,también se derrumba.
martes, 19 de abril de 2011
Tu Dios
Una canción que se pierde por los rincones de un callejón sombrío donde el olor a orines y podredumbre es tan repulsivo que hasta las ratas dudan en acercarse.
Bladimir, aún un niño frágil e ingenuo corre tras su balón de fútbol el cual, tras una intrépida carrera, termina deteniéndose en la penumbra del callejón.
Sin dudar, guiado por su inocencia, cruza el umbral que separa el aroma dulzón de los árboles frutales de la Calle Mayor del vaho espeso de ese lugar recóndito.
Algo se interpone en el camino del chico y lo hace caer de bruces contra el suelo mugriento.
Bladimir se apresura a ponerse en pie cuando una mano áspera le sujeta el cuello impidiéndole cualquier movimiento.
Oye una voz que le dirige unas palabras en un tono violento, pero está tan asustado que no consigue entender nada.
Tiembla, todo su cuerpo tiembla; desde la cabeza hasta los pies. Se acuerda entonces de su madre y comienza a sollozar.
Mamá le dice cada noche antes de irse a la cama que Dios ayuda cuando las cosas van mal, que rece y que cuando el miedo le paralizase y Dios estaría con él.
Bladimir cierra fuerte los ojos y comienza su oración.
Minutos más tarde un mendigo sale de un callejón anexo a la Calle Mayor, paladea con los ojos entornados un bocadillo. Al pasar por la puerta de la iglesia le da gracias a Dios por tener algo que echarse a la boca esta vez.
En el mismo momento y en la misma ciudad la madre de Bladimir se encomienda a su Dios desesperada porque hace más de tres horas que su hijo salió de casa con la merienda en la mano y su balón de fútbol prometiendo que llegaría pronto.
‘Dios es justo’, musita Bladimir en el callejón viendo como las últimas luces desaparecen.
‘Dios es justo’…
Bladimir, aún un niño frágil e ingenuo corre tras su balón de fútbol el cual, tras una intrépida carrera, termina deteniéndose en la penumbra del callejón.
Sin dudar, guiado por su inocencia, cruza el umbral que separa el aroma dulzón de los árboles frutales de la Calle Mayor del vaho espeso de ese lugar recóndito.
Algo se interpone en el camino del chico y lo hace caer de bruces contra el suelo mugriento.
Bladimir se apresura a ponerse en pie cuando una mano áspera le sujeta el cuello impidiéndole cualquier movimiento.
Oye una voz que le dirige unas palabras en un tono violento, pero está tan asustado que no consigue entender nada.
Tiembla, todo su cuerpo tiembla; desde la cabeza hasta los pies. Se acuerda entonces de su madre y comienza a sollozar.
Mamá le dice cada noche antes de irse a la cama que Dios ayuda cuando las cosas van mal, que rece y que cuando el miedo le paralizase y Dios estaría con él.
Bladimir cierra fuerte los ojos y comienza su oración.
Minutos más tarde un mendigo sale de un callejón anexo a la Calle Mayor, paladea con los ojos entornados un bocadillo. Al pasar por la puerta de la iglesia le da gracias a Dios por tener algo que echarse a la boca esta vez.
En el mismo momento y en la misma ciudad la madre de Bladimir se encomienda a su Dios desesperada porque hace más de tres horas que su hijo salió de casa con la merienda en la mano y su balón de fútbol prometiendo que llegaría pronto.
‘Dios es justo’, musita Bladimir en el callejón viendo como las últimas luces desaparecen.
‘Dios es justo’…
sábado, 16 de abril de 2011
En realidad,,,
'Entendámosles, mover a las masas es difícil, pero es totalmente imposible hacerlo diciendo la verdad.'
Perseguimos la verdad de forma utópica e idealista pero en nuestro fuero interno no queremos que nadie nos diga las cosas tal y como son.
El mundo es un lugar lleno de injusticias, aberraciones y abusos y aun siendo conscientes de ello, nos empeñamos en reducir nuestra existencia al gozo y al deleite personal.
¿Quién dijo que al mundo no se viene a sufrir? ¿Quién dijo que la vida sea justa?
¿Quién contagió a la sociedad con el germen de la felicidad suprema?
Quizás la propia naturaleza humana, quizás la parte racional de nuestro cerebro, que no quiere asimilar que el mundo es cruel y por eso tiende a expandirse y tejer un entramado de referentes de vidas perfectamente concebidas, sin lágrimas ni angustias.
No queremos saber que en el mundo el color rojo no existe, que es una mera ilusión, un efecto óptico que recrea el cerebro para hacer a las fresas y al carmín de tu novia algo más apetecible.
Y así pasamos día tras día girando en torno a la mentira, maestros, señores y aprendices del engaño, vulnerables a la sinceridad.
sábado, 9 de abril de 2011
Sobre los hombros.
Si he llegado a ver más lejos que los demás es porque me alcé sobre los hombros de gigantes.
Isaac Newton
Después lo único que queda son habitaciones separadas por tabiques de grosor incalculable. Sábanas frías como icebergs y la sensación de haber vivido un huracán interior. Todo patas arriba. Todo desordenado. Sólo el tiempo puede ponerlo en su sitio.
Con paciencia, con deleite, uno amontona los escombros.De entre ellos selecciona los íntimos, los que no quiere que pasen al abismo del olvido.
Y poco a poco vuelve a resurgir de la nada, vuelve a erguirse…
Cuando logra estar arriba sufre vértigo. Cunde el pánico porque todo son reminiscencias de la primera caída; pero las ansias por ser otra vez lo que fue le hacen creer. Persigue su sueño y claro que puede que vuelva a derrumbarse, pero ahí está con la cabeza alta.Siendo, al menos, fiel a su corazón.
miércoles, 6 de abril de 2011
Coppola
Acábalo, termínalo.
De verdad quiero leerlo. Puede ser bueno, malo, mediocre… pero quiero hacerlo. De todos modos entenderás que no soy nadie para valorarlo. Mi opinión te importa y he de reconocer que eso me llena de orgullo pero no deja de ser una valoración personal de alguien que escribe exactamente por el mismo motivo que tu; no olvides jamás que nos mueven las mismas cosas.
Compartir con alguien estos momentos de intimidad y reflexión hasta hace poco era casi imposible.
Supongo que sabrás que poder hablar de literatura con alguien sabiendo que va a escucharte o leerte prestándote atención es un privilegio .
Te agradezco sinceramente que me hayas dejado ver tus ideas en bruto, recién plasmadas,es cuando más valor tienen.
Acábalo, termínalo
El polvo denso y desagradable se mete en sus pulmones. Lo saborea en la garganta, le escuecen los ojos y le duele el pecho. Lleva más de dos horas caminando en círculos. Está perdido como nunca antes lo había estado. Está sediento y cansando pero no tiene tiempo suficiente para pararse y recobrar fuerzas.
Se seca la frente con la manga de la camisa y comienza a ver borroso. Está mareado a causa de la deshidratación.Hace cuarenta grados.
Siente el aire abrasándole en cada bocanada que toma…
Abre los ojos y lo primero que divisa es el techo de un Ehe. Siempre pensó que su licenciatura en Geografía le sería totalmente inútil pero gracias a ella acaba de ser consciente que está en un asentamiento de Tuaregs. Escucha unas voces lejanas de las que reconoce algunas palabras que probablemente pertenezcan al ‘tamajeq’.
Intenta retreparse pero hay algo que se lo impide… unos estribos de camello le sujetan las extremidades, recuerda entonces la frase que había oído decir tantas veces a su abuelo ‘Podemos adquirir la libertad, pero nunca se recupera una vez que se pierde.’
…
domingo, 3 de abril de 2011
Por cumplir
«El coronel Aureliano Buendía entendió, que la vejez, no es mas que un pacto honrado con la soledad». Gabriel García Márquez
Al ver a la cabalgata de ancianos moviendo sus cinturas torpes y lentas, enredando sus manos ajadas por el tiempo,un pánico terrible me invadió.
Imaginé el estado en el que se encontraría todo cuanto me rodeaba en ese instante pasados sesenta años.
Las mesas del bar quizá hubiesen sido reemplazadas por otras mucho más confortables y sofisticadas, con Dios sabe qué clase de funciones digitales. Y lo mismo pasaría con la barra, la cafetera e incluso el camarero, a cuya imagen estábamos ya tan habituados, habrían sido sustituidos por robots silenciosos y precisos.
Los ancianos que bailaban a compás, paladeando sus últimos rescoldos de energía se habrían convertido en un puñado de restos en descomposición y nosotros, los jóvenes que un día creímos ser inmortales e invencibles estaremos reducidos, débiles y tan frágiles como ellos. Curtidos por el paso de los años, con la mitad de nuestras expectativas en la cuneta, unas cuantas pesadillas rondándonos y ¿por qué no? …más de un sueño por cumplir.
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