sábado, 30 de abril de 2011

Salvador






Miraba por la ventana al mar y el aire le alborotaba el pelo y le traía una brisa salada y fresca.
El sol empezaba a abrirse paso entre las nubes y unos cuantos rayos se filtraban a través de su vestido blanco.

Desde la cama él recién levantado la contemplaba como quien contempla un cuadro, con los ojos entornados intentando captarlo todo, sin querer perder detalle.
Se fijaba en las curvas y los pliegues infinitos que hacia la tela fina en su espalda, estaba fascinado con la armonía de las luces y las sombras, con la perfección de la escena. Se sintió afortunado de poder estar viviendo aquellos días. Agradecía su dicha e intentaba compensarla a ella por hacerle tan feliz.

Como todas las historias de amor esta también tuvo un final.

La imagen de la chica en la ventana le atormentaba desde su partida. Recordaba con la misma intensidad todos y cada uno de los detalles e incluso podía sentir el frescor de las sabánas blancas y el perfume de ella en el hueco de la almohada.

Intentó eliminar el daguerrotipo de su cabeza con la misma perseverancia con la que lo memorizó pero fue incapaz.
Desvelado,en una noche de insomnio,decidió sacar aquella imagen de su cabeza y compartirla con el resto del mundo.
Quiso que todos pudiéramos sentir lo mismo que él sintió al despertar aquella mañana de Abril.
Se sentó frente al caballete e impregno su pincel en una gota de pintura diluída…

2 comentarios:

RRAG dijo...

hacia tiempo que no escribias algo tan bueno como esto.
es tan solo mi opinion :)

Srta. No lo sé dijo...

Me encanta Nadiaa, describes a la perfección la escenaaa :)
Sigue deleitándonos con escritos como este ^^
Saludosss!!!