miércoles, 5 de octubre de 2011

Estricto.Abstracto.




Igual que se alinean los astros o las mariposas baten sus alas provocando un terremoto en la antípoda. Igual que se abren las flores al mundo, tímidas primero, petulantes después; de la misma forma en la que nace la vida humana en la Tierra, o comienzan a volar las aves. Como sale el Sol entre las montañas y las estrellas aparecen a la caída de la noche, exactamente del mismo modo tuvo que ser, en un ´aquí’ remoto y en un ‘ahora’ preciso.

Somos una masa de recuerdos comprimidos que penden unos de otros sustentados únicamente por unos hilos de conexión: las sensaciones. Gracias a ellas retenemos gran parte de nuestras experiencias como si se tratasen de un hilo conductor que nos transporta hacia los recuerdos a punto de ser olvidados, dotándolos de un poco de tiempo más de vida, igual que al paciente en paro cardíaco el desfibrilador hace que su corazón bombé de nuevo, las sensaciones nos transportan al recuerdo translúcido, haciendo que recupere su gama cromática.

El ‘aquí’ y el ‘ahora’ son interrumpidos por el pasado –lejano o reciente- y podemos literalmente viajar en el tiempo. Lo más sorprendente es que esta analepsis puede llegar a convertirse en prolepsis y es cuando decimos que estamos soñando despiertos.






Nota al lector:
Esta es la clase de entrada que disgusta a mi madre y quizá a todos cuantos la leen. No se trata de encontrar un sentido pragmático y útil en mis palabras. Lo escribo abstrayéndome e intentando compartir esta sensación con usted. Imagine que es un cuadro abstracto e interprételo a su antojo.
Atentamente.


Nadia

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