domingo, 9 de enero de 2011

Tormenta.


Quedé con Erik en Picadilly a las cinco y media. Estaba apunto de coger el metro y volver a casa cuando le ví llegar.
-¡Erik, llevo esperándote más de media hora!
-Lo sé. Lo siento.
-Eh,¿ y esa sonrisa de tonto?, no me lo digas,¿has estado con ella?.
-Venga no quiero hablar de eso ahora. ¡Vamos a tomar algo! ,invito yo por lo del retraso.

Andamos hasta el Soho y nos metimos en una taberna en la que había música en directo. Un viejo hippy interpretaba con su guitarra algunos temas propios y versionaba los grandes hitos del pop británico ochentero.
Erik se acercó a la barra a pedir dos jarras de cerveza y cuando volvió seguí con el interrogatorio.
-¿Cómo está?
- Tan guapa como siempre- dijo, dándole un trago largo a la cerveza.
-¿De qué habeís hablado?
-Pues un poco de todo; de la casualidad de habernos encontrado aquí, de estos dos años, de cuando se fue.
Sam, es increíble. Parece que todo está como antes, que no hemos cambiado.
-Esta vez no vas a dejarla escapar ,¿verdad?

El guitarrista empezó entonces a tocar los primeros acordes de 'The summer' del grupo Coconut Records y los dos empezamos a reirnos de aquella curiosa coincidencia. Como siguiendo un impulso adolescente cantamos a coro el estribillo la que fue para nosotros la banda sonora del verano de 1992:
'And it's always summer back in Alabama
And I miss you forever, honey
More than you will know.'


Cuando la canción acabó volví a la carga con otra pregunta:
- Erik ,¿se lo vas a decir?.
-¿Qué supone que tengo que decirle?
-A qué te dedicas.
-Sam, ¿sabes una cosa?-me dijo, poniéndose tenso- lo único que esto me ha traído han sido problemas. No,no quiero que se entere que soy escritor. No quiero que sepa que vivo encerrado en mis pensamientos. No quiero que sospeche que mi cabeza es capaz de crear más de mil historias con solo un par de palabras suyas. Pensará que soy un enfermo.
-O un genio.
-¡No soy un genio Sam!.
- Vale, entonces ¿por qué no dejas de escribir?.
-Porque no podría vivir, porque lo necesito todos los días a todas horas. Porque me estoy duchando a las siete de la mañana y una jodida historia me asalta, veo a los personajes hablar, los veo sentir, y siento yo también, los veo emocionarse, y me emociono. Y si algo no me gusta lo cambio a mi antojo.
-Sabes Erik, eso es un don, un don de dioses.
-No sabes lo que dices.
-Y ¿qué vas a hacer con ella?
-Pedirle que se case con un atormentado.

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