lunes, 3 de enero de 2011

El tic-tac corre.


Un señor serio bajó del tren con calma.
De camino a las escaleras mecánicas se cruzó con una chica que lloraba en un banco. Al principio pensó en ignorarla pero los sollozos se hicieron más intensos. Interrumpió su marcha, dió la vuelta y se sentó a su lado.

-Un mal día ¿eh?.-dijo él con voz ronca.
La chica ansitió sintiéndose cohibida por la presencia del desconocido e intentó contener el llanto pero los ojos se le anegaron de lágrimas que no pudo reprimir.
El señor le tendió un pañuelo de seda blanca, en el que estaban pulcramente bordadas unas iniciales.
-Gracias.-Dijo la chica sorbiendo,con una sonrisa amarga.

-Lo malo es que sólo seca lágrimas, no las borra.-dijo él.

-Hay cosas que es mejor no borrar,¿no cree?.

El señor dudó en silencio.-No lo sé- dijo finalmente.-Supongo que si borramos esas cosas que no nos gustan dejaríamos de ser nosotros. Al fin y al cabo estamos hechos de aciertos y errores.

La chica meditó la respuesta.
Pasaron unos minutos sin dirigirse la palabra, volviéndo a trazar la distancia que había sido levemente violada por el señor. Cuando este pensaba que su tarea estaba hecha y se dispuso a retomar su camino , la chica le asaltó con una pregunta.
-¿Las iniciales del pañuelo son las suyas?.
-No.
-¿Qué quieren decir esa C y esa D?
-Carpe Diem.

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