Dímelo ahora que mañana estarás jugando a ser difícil. Quiero oirlo saliendo de tu boca, rozándote los labios. Y un segundo después de decirlo fingirás que te arrepientes y seguiremos jugando a nuestro juego, en el que nos sentimos agusto escondiendo sentimientos, sensaciones y heridas.
Venga, solo una vez, quiero escucharlo, que me transpase, que me tiemble el cuerpo y el alma. Que sea sincero y que lo sientas. Que te queme la piel el rubor de las mejillas y que a mí me la abrase.
Y después de eso que volvamos otra vez a la dinámica de no decirnos 'te quiero'
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