martes, 14 de diciembre de 2010

Esperar.




Esperar es, probablemente, una burla del destino. Cuando esperamos el tiempo pasa lento, casi arrastrándose, en cambio cuando llega lo que tanto hemos ansiado, este vuela, haciéndo que las sensaciones y los minutos de gloria se deshagan como un caramelo en una boca voraz.

Y ahora yo,que espero desde hace ya tiempo este momento,voy en este tren repleto de caras desconocidas y somnolientas que me observan escribir,algunos por curiosidad y otros por mero aburrimiento. Tranquilos, nerviosos, pero en definitiva todos expectantes por llegar. ¿Sabrán mis compañeros de trayecto que una vez que la voz metálica anuncie su parada,lo que tanto ansían desaparecerá entre sus manos en a penas unos minutos?,explotará sin más ante sus ojos, y tendrán la misma sensación que cuando eran niños e intentaban hacer eternas las pompas de jabón que desafortunadamente solo duraban unos instantes de felicidad.

Y cuando acaba nos queda volver a esperar que todo se repita otra vez, tarde o temprano.

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